Antonio Tejero golpéa dos veces

“El tiempo pone a cada uno en su sitio... y a mí, ya ve usted, me ha dado la razón”.

La chica del flequillo, como se ha dirigido a ella desde Internet el genio Óscar Senar, redactó hace unos días una entrevista periodística para Antonio Tejero. No, el actor se llama Fernando. Ella se refiere al tipo de inmoral bigote que irrumpió en el congreso español el 23 de febrero de 1981, junto a 200 guardias civiles más, pronunciando alguna palabra de sonido inversamente proporcional a su sabor.

La del flequillo se adivina bastante utópica y cuando el prestigioso Víctor Amela, desde un seminario, nos propuso una entrevista ficticia a quien quisiéramos… pues la aspirante a locutora eligió el personajillo en cuestión… El asunto es que repentinamente se me apoderó una enorme pena. La muchacha nunca vería las respuestas contestadas. Y se le ve siempre tan trabajadora en clase… Es lo malo de estudiar, que te encargan trabajos que no van a llegar a ningún sitio…

Sé que la chica del flequillo conseguirá hitos si sigue soñando –hecho, el de soñar, que demasiadas veces desaparece con la juventud- pero mientras llegan los nombrados hitos, me he calzado un tricornio, me he cagado en la soberanía del pueblo quince veces seguidas y he contestado a sus preguntas. Primero, lo he hecho desde su blog personal (http://sinprobarpipasfacundo.blogia.com/) donde estaba publicado el supuesto cuestionario… incluso me he dejado colar alguna falta ortográfica para hacer el personaje más veraz. Aquí abajo incluyo sus preguntas… y las respuestas de un tipo corriente venido a menos… pero por un día, todo un golpista militar de los pies al tricornio. Tengo la intención de enviarle a la chiquilla una entrevista, dirigida todavía no sé a quién cojones, para ver también cumplido uno de mis sueños.

- ¿Ve Cuéntame? ¿Siente nostalgia?
No me gusta la tele. Respecto a la pregunta sobre la nostalgia le diré que desde el 14 de marzo de 2004, sí. Eso fue un golpe de estado y si a mí me detuvieron en su momento, alguien debería ir a prisión ahora por tomar el poder ilegítimamente, como se supone intenté hacer yo. Digo "se supone" porque yo en realidad quería llevar una verdadera democracia a España. Lo mío era muy legítimo. Recordemos que los comunistas estaban en el parlamento. Ahora, afortunadamente, la gente casi les ha echado... y lo acabarán haciendo del todo en los próximos años.

- Si pudiera retroceder en el tiempo. ¿Cambiaría algo de la historia de España?
No dejaría que metieran mano nunca los Borbones en nuestra patria... ni los Austrias.

- ¿Usted vota?
¿Por qué no habría de hacerlo? Entre otras cosas ya no me dejan ejercer como militar. Ahora soy un ciudadano más. Por otra parte el contexto social ha cambiado mucho en los últimos 36 años. Ahora mis ideas pueden vencer desde las urnas. Antes era más complicado.

- ¿Qué piensa de la Ley de la Memoria Histórica? ¿Y de los procesos que llevó a cabo el Juez Garzón respecto a Pinochet?
Esa ley da la razón a mi golpe de estado. El tiempo pone a cada uno en su sitio... y a mí, ya ve usted, me ha dado la razón.
Garzón sólo piensa en su propio ego. Lo que hace no es justicia... ni tampoco lo contrario. Es una estrella del rock sin guitarra.


- ¿Qué piensa de que haya matrimonios de homosexuales dentro del ejército?
Cuando entraron las primeras mujeres a nuestro honorable ejército sabía que todo estaba ya perdido. No me sorprende nada. También entran inmigrantes y en un futuro incluso animales, aparte de las actuales cabras de la legión, claro.

- De sus años en prisión ¿Sacó algo productivo?
Las cartas que recibí, principalmente al principio y en la última época, me confirmaron que no estaba equivocado. Hice lo que tenía que hacer. En ese momento me quedé solo... pero ahora -repito- el tiempo me da la razón. Fui un preso político, no un delincuente común.

Cuando digo que el tiempo me da la razón me refiero a la cantidad de gente que acude en manifestaciones de la Asociación de Víctimas del Terrorismo... y que su presidente, el representante de las víctimas de ETA, tenga que personarse ante un Juez. También me refiero a que se hayan multiplicado la venta de banderas de España en nuestro país. Y por supuesto, a que haya medios de comunicación libres donde se pueda hablar sin tapujos como la Cope o la Razón. Al final la opinión de millones y millones de epañoles me dan la razón 36 años después. He ganado.


La próxima vez intentaré perfeccionar más mi técnica ventrílocua. ¡Prometido!

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