Alta Fidelidad

“A la sensación de escuchar música por primera vez… y quizás por última...”


El protagonista de la novela Alta Fidelidad, de Nick Hornby, grababa habitualmente en cintas vírgenes recopilaciones dedicadas.

Lo mejor del personaje es que resulta fácil identificarse con él. El chico es el típico antihéroe como todo hijo de vecino… De los que sangramos, reímos, lloramos, odiamos, amamos, nos cagamos en todos los dioses… Aunque también es un friki musical de mucho cuidado…

Emulando a Rob, que así se llama el tipo, he configurado un listado de canciones. A comienzos del siglo XXI las cosas son algo distintas que en 1995, año de edición del libro en cuestión, por lo que en cuenta de grabar los temas musicales en una cinta virgen he preferido crear una especie de hilo musical en este mismo blog. Para escucharlo solo tienes que picar en la parte superior de esta página, o en el siguiente link: hilo musical de cuandoelebrosuena.com

Para la difícil tarea me he olvidado de la cabeza, de las mejores canciones de la historia, de los artistas más culturetas… y he empleado el condenado corazón.

Todas las canciones de este primer listado tienen su sentido. Cada una me remite a un recuerdo especial. Al desamor de doble dirección. A mi cada vez más lejana, y proporcionalmente más feliz, primera época universitaria. A mi doble renacer de 1998 y 1999. Al verte y no abrazarte. A los demonios. A la independencia. A los largos viajes en coche cuando era niño. A la paz conmigo mismo. A aquel amigo que se fue. A mi apasionante verano del 2007. A la chica por la que sentí algo pero de la que tuve miedo. A la luna. A aquel amigo y hermano de la infancia. A 12 horas en la cama. A ese viaje tan especial… y a ese otro más especial todavía… A las lágrimas después de 16 años. A mis gritos que te pedían en silencio… y que no escuchaste. A ti y a mí en la nieve. A la vida vista a mi modo... con todas las consecuencias. A abrazos. A la lucha por algo que nadie conoce. Al año 2000. Al equilibrio del universo. A besos. A los primeros apasionantes días en una radio de verdad. A aquellas imágenes en tomavistas que guardo solo en la mente. Al futuro. A quien siempre está allí. Al primer amor. A tantas noches de excesos. A 1994. A tanta risa. A la música californiana. A ella. Al azul del cielo. A la sensación de escuchar música por primera vez… y quizás por última...

Accede al listado picando aquí

La próxima vez intentaré ser menos cursi. ¡Prometido!

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