CUANDO EL EBRO SUENA

“No hay duda, todo está bien”.

Son las 0.30h. Estoy escribiendo en un portátil mientras observo, prácticamente al mismo tiempo (complicado, sí) el pasar del Ebro. Cuando el río suena es que no estás sordo, decían Tip y Coll. Gran verdad.

Sigo repasando de izquierda a derecha ese Ebro de elegante oscuridad. No hay duda, todo está bien.

No estoy sordo. Mis tímpanos funcionan y, lo más importante, mi cerebro se lleva la mar de bien con ellos. La falta de audición en la mollera sería la más cerrada de las sorderas.

En realidad el Ebro guarda silencio al pasar por el Pilar y ni a la virgen ni a otros tantos personajes de ficción, como quien escribe, podría despertar. Pero el Ebro suena. No es necesario escuchar los cascabeles de esa gran serpiente para saberlo. Además, sería inútil, se encuentran en la cola, allá por Fontibre.

No es necesario ni observar el mágico río para saber que sigue allí. Contaminado, de cauce artificial, hogar de especies invasoras. Sigue sonriéndonos sin culpar al humano, eso quedaría demasiado religioso.

Mi ebro, con todos los nombres que haya tenido y los que estén por venir. El ebro de quien quiera observarlo y cargar pilas en sus baterías naturales.

No hay duda, todo está bien.

Escuchar tema musical relacionado. "El Paso del Ebro" del grupo francés de mestizaje Zebda incluido en su disco Motivés (2001):

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